LA BELLEZA

Sobre la marcha unas reflexiones…
¿Qué es la Belleza? No vamos a hablar de la Estética como rama filosófica. Se asocia con aspectos de objetos, cosas, sitios, paisajes que producen placer al ser percibidos por los sentidos. Se dice que Sócrates decía que lo bello es el placer obtenido por el oído y la vista. Dedicada a un objeto, representación, símbolo, parece asociarse más a la mirada, al sentido de la vista.
Pero, como ejemplo, desde el oído, y al darse cuenta de la belleza, los melómanos (por su conocimiento y experiencia) logran encontrar ese punto de las alturas y pueden considerarse unos privilegiados. Bien es cierto que muchos sonidos o ritmos (sin ser melómano) pueden ser percibidos como bellos. Parece necesario fomentar este tipo de disciplinas especialmente desde pequeños para entrenar el aprendizaje para captar más tempranamente ese punto divino de conexión.
Deberíamos contemplar que la belleza proviene también de un esquema no rígido, debido a una combinación oculta de elementos que siguen una secuencia armónica, simétrica que hace percibir belleza en sus distintas manifestaciones. Algún ejemplo son los objetos con forma áurea (con proporciones, rectángulos, espirales…) en el que el número áureo o la serie de Fibonacci están en su génesis.
Un objetivo vital fundamental que va apareciendo con el paso del tiempo es buscar la belleza con el fin de encontrar placer, pero también como meta desde un cierto tipo de aprendizaje. Para percibir ese punto de conexión con lo bello ayuda el adquirir conocimiento sobre muchas materias, especialmente con las más afines al objeto “deseado”, con ello la probabilidad de “conexión” aumenta.

¿Es un concepto objetivo o subjetivo? Si la belleza fuese objetiva sería ésta una propiedad general propia de esas cosas, en otro caso dependería de una cierta reacción emocional del individuo ante un estímulo. Algo bello sería un estadio superior a algo que gusta o es bueno subjetivamente. Cuanta más aceptación tenga algo que guste, más bello se consideraría.
La Naturaleza como madre de las bellezas, el ser humano como pequeño universo la imita con el Arte. Y si Arte y Natura ensamblan más belleza se refuerza en su conjunto y en ambas. En general las Artes, la Poesía y la Música provocan un placer que no producen igual otras disciplinas, sobre todo si se integran con paisajes naturales (como ejemplos, el parque holandés Keukenhoff en el que se diseñan desde arriba la ordenación de extensiones de los tulipanes como cuadros de pintura; la intención de Gaudí en el interior de la Sagrada Familia o el diseño de César Manrique en Lanzarote).

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Sin embargo, en los momentos actuales hay una dificultad en apreciar lo bello en un tiempo de aceleración, no pausa, de estímulo en estímulo. Se va por el mundo sin percibirlo plenamente. Esto dificulta la mirada, la observación. Pero para contemplar la belleza parece necesario un trabajo de concentración.
Se debe también aprender apreciando inicialmente para captar la belleza. Cómo lograr captar ese punto especial bello, cómo comprender su valor... ¿Hay bellezas más objetivas porque captan a un mayor número de personas? ¿Qué requisitos se siguen para que sea catalogada como tal? ¿Qué artistas logran hacer captar mejor la belleza? ¿Hay grados de belleza y toda obra lo es en mayor o menor medida o bien según que lo perciban como tal un número mínimo de individuos? ¿Hay unos estándares de belleza objetiva?
Para buscar la belleza se requieren requisitos como la atención y la concentración, ¿en qué grado? ¿Puede de forma pasiva percibirse sólo por estar enfrente del objeto? Pero no parece ser percibido a simple vista...

Como dice Kant habría que distinguir el término agradable (estar en presencia necesaria del objeto, por ejemplo, sentir ese placer de ver y tomar un café matutino, o estar en presencia de una obra de arte para apreciarla) de lo bello; en lo bello no basta con la presencia de un objeto, surgiría de una reflexión no condicionada por la existencia del objeto, lo importante es lo que yo haga de esta representación sobre mí mismo. También lo agradable supone una opinión subjetiva de algo que nos gusta y si es bello piensas (o incluso exiges) que el otro también va a pensar lo mismo, que no juzga sólo para sí, sino para todos. Pero, además, el ser bello parece no ser una propiedad del objeto sino algo generado por la actividad del sujeto, en base a un diálogo o al menos reflexión, así que la validez en este caso sería pública y universal.

Podemos inferir, por ello, que la belleza es una forma de verdad con sus dosis incontestables. Como dice Hegel, la belleza sería la apariencia sensible de la Idea en donde el Concepto (el pensamiento y el mundo de las ideas) y su forma material están unificados. La belleza implicaría un equilibrio en donde el mundo material (ya sea la Naturaleza o el Arte) expresa perfectamente lo ideal, es la verdad hecha visible. Trae lo infinito (la idea) a la existencia finita, reflejando la unidad entre el sujeto y el objeto. Está influido por Platón en que veía la belleza como una forma de revelación de la verdad (aunque disiente Hegel en que lo material sí tiene un papel crucial en la revelación de la verdad). No sólo nos da una señal hacia la verdad sino que se manifiesta una verdad en sí misma.
Con todo ello podríamos decir que es una manifestación sensible de lo absoluto, una señal que ofrece Dios para atraernos a lo sublime en donde lo finito e infinito se funden. Nos da una idea de la conexión con lo divino, lo sublime.
Añade Hegel que el Arte logra una simbiosis superior (respecto a la Naturaleza) ya que el Arte va más allá de la apariencia ya que interioriza la idea y aporta una intencionalidad consciente que refleja la libertad y profundidad de la mente humana. En el Arte se encarnaría el Concepto sin ser superado por la materialidad. En el Arte la verdad se revelaría de forma sensible e intuitiva, en la religión a base de imágenes simbólicas y en la filosofía se comprendería conceptualmente. Ve también el Arte y la religión como un acceso más limitado a la verdad que la Filosofía por la construcción conceptual en ésta (que ve más completa).

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Hegel dice que la Belleza es libre y no sirve a ningún propósito utilitario, y que existe por sí misma. ¿De esto se deduce que buscar-encontrar la belleza es como un acto de rebeldía en los tiempos que discurren? ¿Es un concepto estético o también ontológico que explica la realidad? La belleza aparece con un sentimiento de reconocimiento, no de posesión.
Recordar sobre ello la distinción que hacía Platón entre la belleza que se percibe en un objeto, atribuyéndola como una cualidad de éste, y la Belleza en sí misma (absoluta, universal, en el mundo de las Ideas), entendida ésta última menos como un rasgo y más como una experiencia que se eleva, como una disposición, como una forma de habitar la vida y la existencia. Según Platón, ésta segunda interpretación era su preferida.
Para Spinoza Dios es la Naturaleza, no la crea, es una entidad trascendente con sus leyes inmutables y eternas, Dios y el mundo es una entidad, no hay línea divisoria, y une lo divino con lo terrenal. Con esta interpretación toda la Naturaleza sería divina y bella en su conjunto y en sus partes.
Para Simone Weil, la belleza se contempla y en esa fase uno se vacía en su interior para arrastrarse y fundirse mejor (por ejemplo con un bello poema o una obra maestra del cine). Weil incluso mostró cómo la belleza poética puede surgir también de la representación del sufrimiento, cuando éste es contemplado fríamente con distancia y lucidez . La belleza no oculta el horror del mundo, sino que, paradójicamente, parece iluminarlo sin negarlo.

Finalmente, decía Van Gogh que “encuentra bello todo lo que puedas, la mayoría no encuentra nada suficientemente bello”. Parece claro que cuánta más belleza captes vas por el buen camino, por el sendero más bello…

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Lecturas

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