
I COMPAGNI: EL NACIMIENTO DEL REALISMO SOCIAL EN ITALIA
Carolina de Cabo analiza el realismo social italiano a través de la figura de Mario Monicelli, director de I Compagni.
INTRODUCCIÓN: BIOGRAFÍA Y TRAYECTORIA DE MARIO MONICELLI (1915-2010)
Mario Monicelli fue un influyente director y guionista de cine italiano que nació en Viareggio, Toscana el 16 de mayo de 1915, que, junto con Federico Fellini, Vittorio De Sica y Roberto Rossellini, fue uno de los padres fundadores del neorrealismo italiano en el cine. Durante su carrera, Monicelli dirigió filmes de comedia, dramas y películas políticas, siendo su ocupación más reconocida por su capacidad para hacer reír y reflexionar a la vez.
Su verdadera pasión era ser guionista y pronto se unió a un grupo de amigos escritores, entre los que se hallaba Suso Cecchi D'Amico para componer abundantes guiones para películas italianas de los años 40. La carrera de Monicelli como director empezó en 1949 con la película I pompieri di Viggiù, un drama sobre bomberos que trabajan en una pequeña ciudad. Su film más agradecido de esta época fue La ragazza con la pistola.
En la década de 1960, Monicelli dirigió varias películas políticas como La grande guerra y Casanova 70, las cuales contaron con Marcello Mastroianni como protagonista. Ambas películas examinan temas sobre la guerra y la política, aunque siempre con un toque de comedia que fue marca distintiva de Monicelli. En 1976, Monicelli dirigió Caro Michele. A lo largo de su carrera, Monicelli recibió numerosos premios, entre ellos, el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín para I compagni en 1963, el Globo de Oro en 1977 para Un borghese piccolo piccolo y el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia para su trayectoria en 1991.
Estudió Historia y Filosofía en las universidades de Pisa y Milán. Seducido por el cine desde joven, ganó con apenas veinte años el premio al mejor cortometraje en el festival de Venecia de 1935 con I ragazzi della via Paal. Su debut como director llegó con Al diavolo la celebrità (1949) Con Proibito (1954), se convirtió en director en solitario y destacó como un excepcional director de comedias, culminando con su clásico I soliti ignoti (1958) escrito por su pareja de guionistas Age y Scarpelli; es uno de sus enormes clásicos y una de los films italianos más divertidos de los cincuenta.
Su obra más famosa es La grande guerra (1959) protagonizada por Vittorio Gassman y Alberto Sordi, que ganó el León de Oro del Festival de Venecia. Continuó trabajando con Age y Scarpelli en la exitosa comedia L'armata Brancaleone (1965) cuyo protagonista es de nuevo Vittorio Gassman, uno de sus actores-fetiche. El estilo tragicómico del cine de Monicelli contuvo especialmente una de sus últimas obras importantes y con la que cerró su carrera como director fue Un borghese piccolo piccolo (1977) En este film, Alberto Sordi soportaba una de las más enrevesadas interpretaciones de su trayectoria en una película que parecía cerrar todo una época de la obra de su director, uno de los grandes de la comedia italiana.
CONTEXTO HISTÓRICO DE ITALIA EN EL SIGLO XIX: EL REALISMO SOCIAL
En primer lugar, la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa desembocaron en una oleada revolucionaria en Europa occidental que duró hasta 1921. El bienio rosso y los consejos de fábrica en Italia fueron manifestación de esta causa, que puso al proletariado cerca de apropiarse el cielo por asalto.
El bienio rosso (1919-1920) fue una serie de acontecimientos en la historia de Italia, protagonizada principalmente por los consejos de fábrica. Se le llamó rojo debido a la masiva revuelta popular de orientación socialista y anarquista que se dio sobre todo en el norte de Italia. Estos consejos de fábrica se difunden de una manera desbocada, primero por toda la ciudad de Turín implantándose en cada una de las industrias de la ciudad. En abril de 1920 se desencadena un conflicto menor por asuntos de horario que significó la apertura del verdadero dilema: el poder obrero en las fábricas.
Los trabajadores de la región del Piamonte iniciaron una huelga que se propagó alcanzando la Lombardía implicando a medio millón de obreros. A la cabeza de éstos se funden bajo los "consejos obreros", los cuales estaban inspirados en los soviets de Rusia. Los consejos obreros regularon meticulosamente cada detalle y supervisaron su funcionamiento con una dirección clara del proceso. Todo este desarrollo anunciaba una situación pre-revolucionaria.
Durante la guerra, el movimiento obrero de Turín representó relevantes hechos por la jornada de ocho horas y contra el desabastecimiento de artículos básicos de consumo. Al mismo tiempo, la vanguardia obrera turinesa era influenciada por la Revolución Rusa. “La noticia de la Revolución [de febrero] en Rusia fue acogida en Turín con alegría indescriptible. Los obreros lloraban de emoción al recibir la noticia de que el zar había sido derrocado (…). Pero los trabajadores turineses no se dejaron burlar por la fraseología demagógica de Kerenski y los mencheviques. Cuando en julio de 1917 llegó a Turín la delegación enviada por el Soviet de Petrogrado a la Europa occidental, los delegados Smirnov y Goldemberg, que se presentaron ante una muchedumbre de cincuenta mil obreros, fueron acogidos con ensordecedores gritos de “¡Viva Lenin!, ¡Vivan los bolcheviques!”1
Los obreros recobraron la seguridad en sus energías y lo demostraron un 23 de agosto de 1917, al detonar en Turín una sublevación armada. Durante cinco días los obreros lucharon en las calles, estableciéndose en algunos barrios de la ciudad.
Después de la guerra, los trabajadores se encontraban en una situación muy difícil, ya que el poder adquisitivo de su salario había disminuido un treinta y cinco por ciento y había escasez de productos básicos como el pan. En 1918 se llevaron a cabo numerosas huelgas masivas en los centros urbanos, lo que permitió a los trabajadores conseguir algunas mejoras en sus condiciones laborales. Sin embargo, fue el 20 y 21 de julio de ese año cuando la clase obrera italiana demostró su elevado nivel de conciencia, realizando una huelga general en solidaridad con la Revolución Rusa. En 1919, las huelgas para exigir aumentos salariales se generalizaron. Más de un millón de obreros industriales participaron en 1663 huelgas, lo que hizo que la burguesía perdiera casi 19 millones de días de trabajo. En la agricultura paran más de 500 mil obreros y la patronal agraria pierde más de tres millones de días de trabajo.
En 1920 las huelgas en la producción aventajaron las del año anterior, y en este contexto la Central obrera italiana (CGL) vivió un crecimiento vertiginoso. Tras dos años de posguerra, las huelgas permitieron importantes conquistas para los trabajadores, como el aumento de los salarios reales, la jornada laboral de 8 horas, vacaciones pagadas, la negociación colectiva y el reconocimiento de las comisiones internas, que eran listas de candidatos del sindicato en cada fábrica. A partir de estas comisiones internas surgieron los consejos de fábrica.

Análisis y crítica del film
Análisis de la trama
I compagni es un film de Monicelli escrito la dupla Age–Scarpelli y por el propio Monicelli. Se trata de una coproducción entre Italia, Francia y Yugoslavia. Se estrenó en
Roma en octubre de 1963 en el XXXV Congreso del Partido Socialista Italiano debido a que fue una de las primeras películas italianas en contar el nacimiento del movimiento obrero en Italia. Se rodó en exteriores de localidades del Piamonte y en Roma, así como las escenas de la fábrica se realizaron en Zagreb, actual Croacia. La historia transcurre en Turín a finales del Siglo XIX. Los trabajadores de una fábrica textil, mujeres y niños incluidos, trabajan largas jornadas de 14 horas (de 6:30 a 20:30 horas) y se producían muchos accidentes laborales y había víctimas fatales.
En consecuencia, deciden planificarse para conseguir la reducción de la jornada de trabajo de catorce a trece horas, sueldo de tiempo para almorzar y la creación de un seguro contra accidentes, pero apenas son escuchados por los propietarios de la fábrica. Aparece en escena el profesor genovés Giuseppe Sinigaglia (Marcello Mastroianni), un revolucionario prófugo de las jurisdicciones, quien se pone al mando de los obreros, animándolos a declararse en huelga. El valor y el esfuerzo de Sinigaglia por movilizar a la clase proletaria no acabó bien, pero permaneció sembrada la semilla de la lucha por el trabajo en dignidad.
I compagni comienza con una secuencia de fotografías del Turín decimonónico alternadas por la Marcia della Cinghia compuesta por Carlo Rustichelli. La impoluta
fotografía de Giuseppe Rotunno, recordando imágenes percibidas por el cinematógrafo de los Lumière, nos transporta a la industrializada capital del Piamonte, captando las miserables condiciones de la vida de los obreros y las opulentas fiestas en los palacios de la burguesía.
En la commedia all’italiana lo más común es tocar temas sociales o políticos con un amplio espacio para la humanidad. Los personajes discrepan de ser perfectos, reflejando los propósitos y fracasos de la búsqueda de una vida mejor. Tenemos el primer intento de huelga organizado por los obreros Pautasso (Folco Lulli) y Martinetti (Bernard Blier), fracasado, por cierto, consistente en retirarse silenciosamente de la fábrica una hora antes del término de las faenas diarias.
Análisis de los personajes
En la historia, Raoul (Renato Salvatori) quien no tiene fe en las ideas del enigmático profesor Sinigaglia, se ve obligado a compartir su habitación con él. Por otro lado, Omero (Franco Ciolli), aconseja a su hermano menor que siga estudiando para evitar un futuro como obrero, mientras que Bianca (Raffaela Carrà) se relaciona sentimentalmente con un militar de origen proletario. Además, hay trabajadores que no se interesan por la lucha y solo quieren mantener sus empleos para sustentar a sus familias.
En esta película, Mastroianni cambia su imagen de latin lover que solía tener en sus películas anteriores (como 8 ½, de Fellini y Ieri, oggi, domani, de Vittorio De Sica) e
interpreta al barbudo líder socialista Sinigaglia. A pesar de sus ideales revolucionarios Sinigaglia no es un activista perfecto: después de dar un apasionado discurso en una escuela a la asamblea de trabajadores para que inicien la huelga, el hambriento Sinigaglia aprovecha la confusión para tomar un pan que uno de los obreros había dejado en uno de los pupitres. Sin embargo, justo en ese momento, el obrero regresa y lo descubre.

De este modo, el profesor Sinigaglia debe permanecer en la clandestinidad y escapar de la policía, por lo que busca refugio en Niobe (Annie Girardot), una hilandera que se ha convertido en prostituta y atiende a los hombres de la clase dominante en los cafés. A pesar de ser rechazada por los demás trabajadores, Sinigaglia le confía
que dejó a su familia para luchar por la revolución, justificando su activismo como una forma de evitar que personas como Niobe tengan que recurrir a la prostitución. Sin embargo, como suele suceder, los activistas también enfrentan los mismos problemas que los proletarios a los que dicen representar.
Asimismo, el film es una crítica a la falta de capacidad de los intelectuales revolucionarios para llevar a cabo sus ideas en la práctica, al menos sin consecuencias
trágicas. A pesar de que los patrones se niegan a negociar, los obreros deciden cortar el ferrocarril que transporta a trabajadores sustitutos, lo que provoca una gran pelea. El profesor Sinigaglia de manera tragicómica, intenta mediar y promover el diálogo, pero también se ve involucrado en la pelea y recurre a la violencia. Cuando Sinigaglia llama a tomar la fábrica, el resultado es aún peor y todos sufren las consecuencias. Los trabajadores buscan dignidad, no teorías ideológicas. A pesar de lo que algunos puedan pensar, I compagni no es una película de propaganda.
El film cuenta una historia cruda y sin adornos, que muestra a una clase obrera desesperada e impotente tratando de mejorar sus condiciones laborales. Los personajes son diversos, algunos ilusionados, otros descreídos y otros llenos de miedo. Marcello Mastroianni destaca en su papel como un culto ex profesor que organiza a los obreros y Annie Girardot también está muy competente como la hija de una familia obrera que se convierte en prostituta para escapar de la pobreza. Renato Salvatori también destaca como el obrero nihilista que finalmente se ve obligado a tomar el liderazgo. La película presenta momentos humorísticos impagables y es impecable en su ambientación de época. En definitiva, es una película que muestra una problemática social que aún hoy en día no ha sido resuelta por el sistema capitalista.
Conclusión y crítica
I compagni es un retrato magistral del mundo obrero italiano del cambio de siglo más auténtico y veraz que muchas películas más conocidas. Muestra la jornada laboral desde dentro de un hogar y las rutinas en una gran fábrica textil en Turín con una riqueza descriptiva que se extiende a la ambientación y variedad de personajes. Su naturalidad es reforzada por pinceladas de humor sabiamente introducidas por Monicelli. El guion combina diálogos ágiles y didácticos sin resultar pesado, y el reparto, liderado por un extraordinario Mastroianni, es soberbio. El filme da prioridad al retrato de un colectivo y no a unos pocos personajes destacados, lo que es coherente con su propósito. Fue nominada para un Oscar y su excelencia es indudable.
A pesar de que la película utiliza el drama y toma partido, esto no le quita autenticidad. Las demandas de los trabajadores, que incluyen mujeres e inmigrantes
sicilianos, surgen de la explotación en la industria y la reacción de los patrones se representa adecuadamente sin exagerarla. La figura del profesor sirve para ilustrar el papel de los intelectuales y activistas, y su romanticismo se considera esencial en la lucha por los derechos de los trabajadores. Además, presenta escenas detalladas que muestran los modos de vida y necesidades diarias de los protagonistas, como las colas para recibir comida y las triquiñuelas para obtener carbón gratis. También muestra la complejidad de la lucha y lo difícil que es mantener la unidad sin dejar que los patrones los dividan.
En la película se pueden observar las historias individuales y colectivas que se combinan entre sí. Los personajes se van desarrollando a lo largo de distintas situaciones, como el caso de Pautasso y su error al hacer sonar la sirena antes de tiempo, Raoul y su interés por la hija de Pautasso, Mustafá y su difícil situación económica, y el Profesor Sinigaglia y su dedicación a la causa de las luchas obreras. Estas individualidades se unen en actos colectivos, como en la escena del rechazo de los rompehuelgas o el robo de carbón.
Podría decirse que los personajes y ciertas situaciones parecen estar estilizados, ya que son muy claros y transparentes para parecer reales. Parecen tener una nitidez excesiva. Un ejemplo de esta combinación de la comedia y la tragedia se puede ver en la escena del sándwich, donde el Profesor encuentra un sándwich olvidado en un pupitre después de una asamblea en la escuela, y cuando el dueño vuelve a buscarlo, lo encuentra sorprendido y listo para devorarlo. También hay un momento en el que el Profesor pelea contra los esquiroles (rompehuelgas) y, aunque intenta convencerlos, termina golpeándolos con un garrote. En otra escena, el Profesor está en la cama con Raoul, el obrero que le da alojamiento, y Raoul le reprocha su falta de seguridad en la lucha, pero finalmente lo consuela y lo cuida al darse cuenta de que también sufre por la causa. Es como si la comedia fuera posible en momentos de relativa tranquilidad, pero desapareciera cuando la lucha se intensifica y se vuelven más
evidentes las consecuencias trágicas de la situación.
La película adquiere su mayor grado de historia de una clase social en el momento de mayor tensión dramática, cuando los obreros marchan para tomar la fábrica y son tiroteados por los soldados. En este momento, cada individuo se convierte en una parte del mismo cuerpo y se mueven guiados por un solo propósito.
Luego, la película se individualiza bruscamente en la muerte de Omero y las recriminaciones hacia el Profesor de su hermana Bianca. Es en estos momentos de historia
colectiva, cuando la vida de unos depende de la vida de otros, cuando el título de la película, I compagni, traducido al español como Los camaradas cobra su máximo significado.
La película de 1963 retrata la lucha de un grupo de trabajadores en el Turín de finales del siglo XIX por cambiar sus terribles condiciones laborales y de vida, que reflejan la miseria y degradación típicas de la segunda revolución industrial en Europa. Aunque la película es de otra época, su mensaje sigue siendo relevante en la actualidad, ya que muestra cómo la lucha obrera y la explotación por parte del sistema capitalista persisten en la actualidad. Además de su temática social, la película destaca por su calidad cinematográfica y la actuación del gran Marcello Mastroianni, lo que la convierte en un placer para los amantes del cine.
I compagni es una película que no solo retrata el surgimiento del movimiento obrero en Italia, sino que también continúa siendo relevante en la actualidad debido a su mensaje sobre la pobreza, la explotación laboral, la inclusión de las mujeres en el mercado laboral y las dinámicas entre empresarios y trabajadores. Aunque a veces pueda ser dura y triste, la película está bien interpretada por todos sus actores y dirigida con firmeza.
La conclusión del filme es que hay luchas que deben liberarse no sólo por uno mismo, sino también por las generaciones futuras. A pesar de la violenta represión, la película deja la certeza de que otros seguirán su empeño y mantendrán viva la esperanza. Se mezcla el cine social y político con la comedia, especialmente en la primera parte. Sin embargo, esta comedia va desapareciendo a medida que la trama se vuelve más trágica, sobre todo después de la muerte de Pautasso atropellado por el tren. A partir de ahí, solo se percibe brevemente en la relación entre el Profesor Sinigaglia y Niobe. Parece que cuando la realidad se torna más cruda y hay muertes y lucha por los derechos, el humor ya no es apropiado. El espectador se identifica demasiado con los personajes y su situación para reírse de ellos o con ellos.
BIBLIOGRAFÍA
MCNBiografias.com. (s. f.). Monicelli, Mario (1915-2010) » MCNBiografias.com.
https://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=monicelli-mario
Maso, J. D. (2021, 27 septiembre). El bienio rojo italiano y los consejos de fábrica. La Izquierda Diario - Red internacional.
https://www.laizquierdadiario.com/El-bienio-rojo-italiano-y-los-consejos-de-fabrica#nb3
Literatura, C. Y. (2020, 20 agosto). «Los compañeros»: La revolución a la italiana de MarioMonicelli - Cine y Literatura. Cine y Literatura.
https://www.cineyliteratura.cl/los-companeros-revolucion-a-la-italiana-de-mario-monicelli/
1 Antonio Gramsci, El movimiento turinés de los consejos de fábrica, julio de 1920.
